¿Quién debe o puede enseñar matemáticas?
¿Alguien dudaba o pensaba que el informe PISA podría dar otros resultados?
Basta con preguntar entre parientes, colegas…, para darnos cuenta que la palabra “matemáticas” provoca en los españoles miedo, escalofríos,… por no decir asco. Cualquiera pensaría que los españoles tenemos una tara genética que nos inhabilita para las matemáticas. Es cierto que hay una despreocupación por la aritmética que es la causante de muchos de nuestros posteriores problemas con las matemáticas, todos hemos cogido la calculadora para hacer una operación que seguramente de cabeza es mas rápida, pero como nos han enseñado a ser perezosos pensando.
Pero no, no es que estemos incapacitados para las matemáticas, lo que pasa es que nos las han enseñado mal.
En el informe PISA de 2012: que evalúa el rendimiento estudiantil en más de 60 países, no parece que la pedagogía de las matemáticas haya alcanzado un horizonte de éxito en nuestro país: al contrario, los alumnos españoles están por debajo de la media de los 34 miembros de la OCDE.
Las matemáticas son hoy, más que nunca, una herramienta básica para desenvolverse en un mundo revolucionado por las nuevas tecnologías, donde con un algoritmo se puede ubicar el origen de un rumor en Internet. Se aplican a la cirugía, en el diseño de bañadores olímpicos, en cualquier situación, hasta en las estrategias de futbol de algunos clubs. En algunos países, como Corea del Sur, Singapur o China, las matemáticas se consideran un factor de desarrollo y son un pilar básico en la educación. Es normal que arrasen en la prueba del PISA. Y por tanto se comprende el interés que están despertando en Europa los métodos didácticos orientales. Sus sistemas de cálculo (ábaco incluido) agilizan la mente y desarrollan los dos lados del cerebro.
¿Pero porque somos tan vagos para pensar y odiamos a las matemáticas desde pequeños?
Lo que no puede ser es que en España, la gran mayoría de los estudiantes el primer contacto que tienen con un matemático es cuando empiezan la educación secundaria, es decir, a los 12 años, y esto en el mejor de los casos, porque con el sistema de oposición actual, cualquier titulación permite enseñar “matemáticas” a las nuevas generaciones (pero esto es otro tema).
¿Pero hasta los 12 años quien nos ha enseñado matemáticas?
Pues muy sencillo, los diplomados en magisterio, aquellas personas que desde siempre han rehuido las matemáticas y las ciencias en general y por tanto carecen de las competencias, recursos y conocimientos necesario para saber transmitir esta materia (por no hablar de la motivación). Los resultados manifiestan que la metodología utilizada sobre todo en primaria no es la más adecuada.
Aprender matemáticas (a pensar) y sobre todo ARITMÉTICA , antes de los 12 años, es importante no solo en esa primera etapa del desarrollo del niño, si no que le marcara el resto de su vida.
Las matemáticas son una materia básica en una educación sólida, no sólo por los conocimientos y técnicas que aportan, sino porque desarrollan cualidades especiales en el estudio, como el rigor, las capacidades de abstracción y de resolución de problemas.
Las matemáticas siempre han gozado de una presencia destacada en materia de comunicaciones físicas, digitales,…. Sin embargo, siguen sin ser valoradas suficientemente porque apenas se percibe su papel como base de todos los avances científicos y tecnológicos.